Nos sentimos llamados a desarrollar nuestra misión evangelizadora entre los niños, adolecientes y jóvenes, porque ellos son ya el presente y serán el futuro de la humanidad y de la Iglesia; en ellos y en su respuesta positiva y generosa a Jesucristo quiere el Espíritu que se siga construyendo el mundo nuevo que el Padre desea para todos. Por esto, nuestra acción evangelizadora implica una propuesta vocacional clara a seguir a Cristo en la Iglesia, comprometidos con la humanidad y cada uno desde su específica vocación en la Iglesia. La Iglesia necesita comunidades cristianas y personas que impulsen el anuncio de Jesucristo al mundo. Así que los más jóvenes tienen ahi un protagonismo insustituible. Nos sentimos urgidos a invitarles a hacer propio el estilo de la Familia Claretiana y a presentarles la vocación a la vida consagrada claretiana, como una opción que responde a la llamada de la Iglesia y de la humanidad que necesitan seguidores de Jesucristo y anunciadores del Evangelio.
MS 1 (Cf. CC 2; Dir 26.)